En CET Oposiciones te contamos la historia de Marta R. que, siendo madre, decidió dar un giro a su vida profesional y estudiar una oposición de Auxiliar Administrativo del Estado. Gracias a su constancia y organización, consiguió obtener su plaza. Esta historia llena de positividad y de mucho esfuerzo, puede motivarte a dar ese paso y a pensar que tú puedes ser el siguiente.
"Conseguir mi plaza parecía difícil pero no fue imposible"
Cuando le planteé a mi familia la posibilidad de prepararme una oposición para el Estado, tenía sensaciones encontradas. No sabía si sería capaz de compaginar el día a día de mi familia con el duro y sacrificado proceso que era dedicar como mínimo 2 horas diarias a estudiar una oposición. Sin embargo, la disciplina y la constancia se convirtieron en mis principales aliados a lo largo de este camino. Mi experiencia como opositora con cargas familiares ha sido un viaje desafiante, pero a la vez muy gratificante.
Desde el principio, tuve que aprender a conciliar mi tiempo de estudio con mi entonces actual trabajo y atender a mi familia. Así que, establecí un horario riguroso que me permitiera dedicar horas de calidad al estudio sin descuidar mis responsabilidades como madre. Fue un año muy sacrificado, pero sin duda mereció la pena.
En ocasiones me sentía agotada y algo desmotivada, pero me recordaba a mí misma la importancia de mantenerme enfocada en el objetivo de algún día poder ser funcionaria. Empecé creando de un ambiente favorable para el estudio, eliminando distracciones y optimizando mi tiempo de estudio.
Mi familia fue mi mayor apoyo. Ellos sabían desde el primer momento que para mí el hecho de conseguir una plaza pública era todo un reto, y su apoyo incondicional fue fundamental para lograrlo. Incluso en los momentos más difíciles, no solo su apoyo y comprensión me impulsaron a seguir, sino también su ayuda en la gestión familiar.
Los resultados no llegaron de la noche a la mañana. Ser constante no solo se reflejó en mis horas de estudio, sino que también me ayudó muchísimo en la capacidad de recuperarme después de los momentos difíciles y sobre todo a mantener la motivación a largo plazo.
Finalmente, después de un duro proceso de preparación, llegó el día en que logré obtener mi plaza. La alegría y la satisfacción que sentí en aquel momento fueron indescriptibles.
Mi experiencia demuestra que, aunque pueda ser complicado combinar la preparación de unas oposiciones con las responsabilidades familiares, la disciplina y la constancia pueden facilitar el camino hacia el éxito. Ten claro que tendrás unos días mejores que otros, que el inicio del proceso no es fácil, pero que actitud, disciplina y constancia, es posible conseguirlo.
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